Las lechuzas y los búhos


Hace poco un buen amigo mío regresó de México, donde había pasado una temporada en laborioso viaje de estudios e investigaciones, y me trajo un obsequio peculiar: un buhíto exótico, tallado en madera de copal, pintado el cuerpo en azul y las garras en blanco, decorado con unos puntillos celestes a manera de plumas, y tatuado con flores rosadas y hojas verdes. Mi amigo dijo haber encontrado ese souvenir en Arrazola, Oaxaca, región en la que esos animalitos fantasiosos de artesanía son llamados 'alebrijes' y considerados como seres enigmáticos que visitan a los humanos en sueños y visiones.
            Lo cierto es que para mí las lechuzas y los búhos son del tipo de aves que yo asociaría más bien con el insomnio y las noches de luna llena. Ya sea por ser pájaros nocturnos, o por tener que ver con la actividad de estudiar, características ambas que al juntarse dan como resultado el quemarse las pestañas leyendo durante varias insomnes madrugadas. No por nada se muestra siempre un búho entre los dibujos de los anuncios de librerías, de editoriales, de marcas de materiales para escritorio; incluso en esas ilustraciones a los búhos les suelen poner gafas. En una palabra, búho en nuestro sentido común y corriente occidental se suele usar como símbolo de sabiduría. 

............Seguir leyendo en mi columna BESTIARIO PERSONAL, de la Revista Hispanoamericana de Cultura OTROLUNES (Nr. 41, mayo 2016, año 10), dirigida por el escritor cubano AMIR VALLE.